Un homenaje a la figura del sacerdote español Luis Espinal, caracterizado por su compromiso con las luchas sociales.
La cruz formada con la hoz y el martillo, que Evo Morales entregó al Papa Francisco a su llegada a Bolivia, pretendía ser un homenaje a la figura del sacerdote jesuita español Luis Espinal. El crucifijo es una reproducción de uno que hizo el sacerdote jesuita, como símbolo de su compromiso con las luchas sociales y su simpatía a las ideas del comunismo.
El Papa Francisco, en su visita apostólica a Bolivia, ha querido rendir homenaje a la figura del jesuita español Luis Espinal, asesinado en 1980 por paramilitares por su compromiso con las luchas sociales en el país. Francisco ha rezado hoy en el lugar en el que fue asesinado este sacerdote y ha pedido por el eterno descanso de su alma.
Junto con la cruz de la hoz y el martillo, Evo Morales ha querido obsequiar al Papa con la distinción Luis Espinal, creada para reconocer a quien profese una fe religiosa y se destaque por defender a los pobres, los marginados y los enfermos.
Luis Espinal, sacerdote jesuita, nació en España en 1932. A los 16 años, ingresó en la Compañía de Jesús, con la que se trasladó como misionero a Bolivia. En 1971 adquirió su nueva nacionalidad, la boliviana. Durante los años en los que vivió en esta región, se caracterizó por su compromiso con los más necesitados, pero también por sus críticas a la Iglesia. “Tal vez, tienen razón al hablar del “opio del pueblo” porque hemos desencarnado nuestra fe”, escribió en una ocasión.
En 1979, Espinal fundó el semanario “Aquí”, en el que ahora se le homenajea como un mártir, un héroe del pueblo y un símbolo de la Teología de la Liberación. A través del periodismo, Espinal se dedicó a defender la lucha social, como forma de lograr una sociedad más justa.
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