Sacado de: Circulo Atenea
Últimamente ha salido a la palestra un tema que eufemísticamente se denominada “gestación subrogada”. Ya sabemos que el juego de palabras en muy importante en la sociedad actual, donde los medios al servicio de gobiernos, empresas y bancos, se encargan de martillear la conciencia ciudadana y condicionar sus opiniones con su uso, abuso y formas. La opinión pública es manejada, moldeada y formada desde estos expertos de la información o lobotomización.
Alquilar el vientre de una mujer, es decir, pagar para que una mujer lleve durante 9 meses a un niño que dará en propiedad a otra persona es la “gestación subrogada”. Así somos vamos a ser más claros.El cuerpo de la mujer lleva siglos prostituyéndose, voluntaria e involuntariamente. Ahora el útero, el seno materno, también desean hacerlo producto de alquiler y consumo, incluido su fruto.
Como he dicho en varias ocasiones, nos estamos dejando violar las entrañas, la mujer animal , la mujer mágica unida a la naturaleza a la tierra poco a poco desaparece, tornándose un objeto, un microondas, un horno, o una vagina que procura satisfacción propia o ajena como meta en la vida.
Los medios de comunicación afirman que es urgente abrir un debate sobre esta práctica ¿pero a día de hoy aun debe discutirse si es ético tener esclavos?
“NoSomosVasijas”
Afirman que, para algunas personas, el uso del útero de otra mujer que les fabrique un hijo es la única opción. Entonces recuerdo a tantos niños españoles y no españoles huérfanos, los nacionales en su mayoría no son bebés y claro, el deseo de tener un hijo de esas parejas posee condiciones, y quieren niños pequeños a ser posible guapos o que satisfaga cualquier otro capricho…Decir que no se tiene otro modo de tener hijos es indecente, millones de niños están deseando tener familia, pero no, queremos uno a nuestra medida ¿eso es querer un hijo? ¿O una mascota de tal o cual raza y con esta o aquella característica?
Desechamos el producto que catalogamos como defectuoso, o venido en mala época, mediante el aborto, y alzamos la voz criticando civilizaciones pasadas, que no contaban con los medios de proporcionar calidad de vida para determinadas discapacidades, y somos nosotros los verdaderos bárbaros de la historia.
Nos cubrimos de gloria sin duda, a cada paso que da la humanidad pierde su nexo de unión con el alma de las cosas, el latir natural del que todos procedemos y al que todos nos debemos.
Para los defensores del alquiler de úteros, la transacción económica está enmarcada en el ámbito de la libertad individual, por lo tanto ya es suficiente para su regularización, minusvalorando las consecuencias éticas y jurídicas de esa práctica.
La libertad individual se ha vuelto la mini dictadura de cada ser, cuando un ejercicio de libertad es tirano sobre otro ser vivo es una dictadura, nunca una libertad, pues no podemos aceptar la libertad individual del violador en violar, ni al abusador de menores en su crimen. Hemos prostituido hasta la libertad y su entendimiento.
El principio de libertad necesariamente ha de ejercerse junto a otros principios, los de “igualdad”, “dignidad”, “respeto” o “integridad física y espiritual”. La libertad convive, no es un ermitaño, y si el ejercicio de libertad es el de dañar o poner precio a otro ser humano, sin duda empezamos a ver un resurgir de la esclavitud.
Reducir la libertad a la “elección” individual abre la puerta al “todo vale”, porque cada uno es como es ¿no?. Y “todo no vale” porque vivimos en una sociedad donde distintos entendimientos sobre la libertad pueden chocar, ahí es donde se impone la ética.
“Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad” Séneca. Honestamente ¿te gustaría ser el fruto de un vientre alquilado? ¿Ser como un traje que se encarga a un modisto?
Desechamos el producto que catalogamos como defectuoso, o venido en mala época, mediante el aborto, y alzamos la voz criticando civilizaciones pasadas, que no contaban con los medios de proporcionar calidad de vida para determinadas discapacidades, y somos nosotros los verdaderos bárbaros de la historia.
Nos cubrimos de gloria sin duda, a cada paso que da la humanidad pierde su nexo de unión con el alma de las cosas, el latir natural del que todos procedemos y al que todos nos debemos.
Para los defensores del alquiler de úteros, la transacción económica está enmarcada en el ámbito de la libertad individual, por lo tanto ya es suficiente para su regularización, minusvalorando las consecuencias éticas y jurídicas de esa práctica.
La libertad individual se ha vuelto la mini dictadura de cada ser, cuando un ejercicio de libertad es tirano sobre otro ser vivo es una dictadura, nunca una libertad, pues no podemos aceptar la libertad individual del violador en violar, ni al abusador de menores en su crimen. Hemos prostituido hasta la libertad y su entendimiento.
El principio de libertad necesariamente ha de ejercerse junto a otros principios, los de “igualdad”, “dignidad”, “respeto” o “integridad física y espiritual”. La libertad convive, no es un ermitaño, y si el ejercicio de libertad es el de dañar o poner precio a otro ser humano, sin duda empezamos a ver un resurgir de la esclavitud.
Reducir la libertad a la “elección” individual abre la puerta al “todo vale”, porque cada uno es como es ¿no?. Y “todo no vale” porque vivimos en una sociedad donde distintos entendimientos sobre la libertad pueden chocar, ahí es donde se impone la ética.
“Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad” Séneca. Honestamente ¿te gustaría ser el fruto de un vientre alquilado? ¿Ser como un traje que se encarga a un modisto?
Consecuencias
¿Puede ser objeto de mercadeo el útero de una mujer y su fruto, el niño? La mercantilización está ahí, compras y vendes así de simple. La cosificación llegará al vientre femenino ¿esta es la liberación? ¿Igualmente cosificamos al niño incluso antes de nacer? El alquiler de vientres es producto del más fiero capitalismo, no podemos ni aceptarlo, ni fomentarlo y ni mucho menos aprobarlo. Sería como devolver al siglo XXI las prácticas esclavistas que tanto costó borrar de las sociedades “occidentales” y que tanto parece gustarnos…
¿Puede ser objeto de mercadeo el útero de una mujer y su fruto, el niño? La mercantilización está ahí, compras y vendes así de simple. La cosificación llegará al vientre femenino ¿esta es la liberación? ¿Igualmente cosificamos al niño incluso antes de nacer? El alquiler de vientres es producto del más fiero capitalismo, no podemos ni aceptarlo, ni fomentarlo y ni mucho menos aprobarlo. Sería como devolver al siglo XXI las prácticas esclavistas que tanto costó borrar de las sociedades “occidentales” y que tanto parece gustarnos…
Negocio
Madres gestantes “altruistas”
¿Puede la “generosidad” de la gestante altruista poner en riesgo los derechos reproductivos del conjunto de las mujeres a través de los cuales se reconoce la filiación y custodia legal de los hijos/as que nacen de la mujer que gesta? Es evidente que no.
Se pide que aceptemos la condición de “altruismo” para transferir la custodia y en un hipotético mañana ¿Cuál será la trampa? Si aceptamos esta premisa no estará lejano el día en que nos encontremos que las mujeres no posean ninguna capacidad de custodia legal sobre los hijos que paren.
Pasaremos a ser explotadas no sólo laboralmente, y algunas sexualmente, también seremos explotadas desde la labor y el fruto (no olvidemos que es un niño) de nuestro vientre ¿cuantas no recurrirán a alquilarlo para comer igual que sucede con la prostitución? Y tengamos en cuenta que quien se ve obligado a prostituirse por falta de alimentos o para cubrir las necesidades básicas se esta viendo OBLIGADO y es el estado sin duda alguna su proxeneta al omitir ayudas suficientes como para que esto no ocurra. Ahora tendremos la opción o de abrir las piernas o de abrir las puertas de nuestro vientre.
Madres gestantes “altruistas”
¿Puede la “generosidad” de la gestante altruista poner en riesgo los derechos reproductivos del conjunto de las mujeres a través de los cuales se reconoce la filiación y custodia legal de los hijos/as que nacen de la mujer que gesta? Es evidente que no.
Se pide que aceptemos la condición de “altruismo” para transferir la custodia y en un hipotético mañana ¿Cuál será la trampa? Si aceptamos esta premisa no estará lejano el día en que nos encontremos que las mujeres no posean ninguna capacidad de custodia legal sobre los hijos que paren.
Pasaremos a ser explotadas no sólo laboralmente, y algunas sexualmente, también seremos explotadas desde la labor y el fruto (no olvidemos que es un niño) de nuestro vientre ¿cuantas no recurrirán a alquilarlo para comer igual que sucede con la prostitución? Y tengamos en cuenta que quien se ve obligado a prostituirse por falta de alimentos o para cubrir las necesidades básicas se esta viendo OBLIGADO y es el estado sin duda alguna su proxeneta al omitir ayudas suficientes como para que esto no ocurra. Ahora tendremos la opción o de abrir las piernas o de abrir las puertas de nuestro vientre.
Clasismo
El alquiler de úteros ya se lleva a cabo en algunos países, a este tipo de alquileres sólo acceden los que mayor poder adquisitivo tienen, siendo los úteros alquilados de mujeres de clase baja. De este modo reforzamos el clasismo aun más, recordando a épocas que mejor olvidar de la historia. ¿Justicia social? Erradicar la explotación de las personas debería ser una prioridad para los que vivimos y queremos devolver luces a este siglo que empezamos. Asumir que la explotación existe, y que nadie va a poder cambiar este hecho es perder nuestra capacidad humana y asumir la de simples reses.
Otro dato a tener en cuenta es que en los casos de adopción, la madre natural no puede dar su asentimiento a la adopción hasta transcurrido un tiempo estipulado tras el parto. Para el alquiler de útero ¿se da ese consentimiento antes de que se inicie la gestación? ¿Y si la madre cambia de opinión? ¿Se le admitirá ese derecho?
Saltarse los derechos del menor
Afirman los partidarios que los procesos de adopción son largos y que requieren pruebas de idoneidad de los futuros padres y cumplir una serie de requisitos. Alquilar un útero te dará rapidez y podrás librarte de todas esas pruebas que hagan más segura la futura felicidad y calidad de vida de un niño. El adulto centrismo se abre paso, primero la necesidad y apremio del adulto, antes que el verificar si los padres son los mejores.
La “adopción express” podríamos bautizarla, carente de toda ética y moral pensando en el menor.
¿El poder tener acceso a este tipo de alquileres ¿no hará que cada vez más niños se queden sin familia que les adopte porque serán más fácil, rápido y encima posible tener a un niño recién nacido? Miles de niños pasaran sus infancias sin familias por un egoísmo que pueden legitimar las leyes.
Arrepentimientos
Son muchas las madres gestantes “alquiladas” arrepentidas y que son firmantes de una campaña internacional “Parar la subrogación Ya” a las que nadie da respuesta y por lo que parece carecen de derecho alguno. ¿Aumentamos el número de mujeres traumadas, o engañadas para que realicen una maternidad alquilada?
Feminismos
El feminismo abolicionista está frente al feminismo reglamentista. Las feministas que apoyan la legalización y las que no, eternas las pujas internas cuando en este asunto todas deberíamos estar de acuerdo en que nuestro seno no se alquila, que ya está bien de vendernos o ser objeto de posible consumo, sobre todo cuando el hambre aprieta. Garantizar los derechos de todas las mujeres sin exclusión y no sólo de aquellas que pueden hacer uso de su libertad individual porque tienen dinero o buena posición, debería ser la prioridad. Y hablo de mujeres porque sólo nosotras tenemos útero, porque hombres y mujeres no somos iguales evidentemente.
Igual de seguras deberían estar frente a la condena de la prostitución, y hay mujeres que defienden la práctica.
Una prueba más de que el feminismo está infiltrado hasta las trancas es que en cada tema que afecta a la mujer y existen intereses de grandes empresas hay voces que canturrean a favor del interés de dichos negocios y acaban ganando. Una mujer que apoya el alquiler de otra, sin duda está en contra de todas, porque la aceptación y normalización de la venta de una nos afecta a todas, si no hoy, tal vez mañana cuando no nos dejen otra opción para ganar el pan.
Cuando hay mucho dinero en juego, hay política, poder, lobbies funcionando, presionando e infiltrando. Las posiciones ideológicas pueden estar equivocadas, pero no han sido alquiladas, donde hay dinero mueren las ideas, la ética y la pluralidad ideológica y cultural. La resulta es el negocio y la ausencia de humanidad en la transacción.
El feminismo abolicionista está frente al feminismo reglamentista. Las feministas que apoyan la legalización y las que no, eternas las pujas internas cuando en este asunto todas deberíamos estar de acuerdo en que nuestro seno no se alquila, que ya está bien de vendernos o ser objeto de posible consumo, sobre todo cuando el hambre aprieta. Garantizar los derechos de todas las mujeres sin exclusión y no sólo de aquellas que pueden hacer uso de su libertad individual porque tienen dinero o buena posición, debería ser la prioridad. Y hablo de mujeres porque sólo nosotras tenemos útero, porque hombres y mujeres no somos iguales evidentemente.
Igual de seguras deberían estar frente a la condena de la prostitución, y hay mujeres que defienden la práctica.
Una prueba más de que el feminismo está infiltrado hasta las trancas es que en cada tema que afecta a la mujer y existen intereses de grandes empresas hay voces que canturrean a favor del interés de dichos negocios y acaban ganando. Una mujer que apoya el alquiler de otra, sin duda está en contra de todas, porque la aceptación y normalización de la venta de una nos afecta a todas, si no hoy, tal vez mañana cuando no nos dejen otra opción para ganar el pan.
Cuando hay mucho dinero en juego, hay política, poder, lobbies funcionando, presionando e infiltrando. Las posiciones ideológicas pueden estar equivocadas, pero no han sido alquiladas, donde hay dinero mueren las ideas, la ética y la pluralidad ideológica y cultural. La resulta es el negocio y la ausencia de humanidad en la transacción.
El poder del mercado
Se enriquecen las clínicas que realizan abortos, tienen un imperio montado las de fertilidad con los óvulos, esperma y hasta maternidades postpuestas hasta que el mercado laboral te lo permita o tu realización profesional. La sangre, los órganos, los niños/as, todo es ya objeto de compra/venta/alquiler, es el capitalismo, y el neo feminismo le está sirviendo mejor que nadie, al dividirnos, enfrentarnos y tutelarnos no sólo a las mujeres, también a los hombres. Hoy los hombres, de a pie, tienen miedo a opinar porque la etiqueta neomachista se cierne sobre sus cabezas con mayor ferocidad que la hoja de una guillotina. Curioso es que este domino “feminista” se efectúe cuando la fuerza del capitalismo, régimen patriarcal donde los haya, posee mayor fuerza y se extiende globalmente ¿porqué será?
Vender un órgano es horrible, y nadie puede contemplarlo con buenos ojos, pero vender a un hijo es algo sujeto a la libertad de cada uno.
Aseguran que lo que subyace detrás de la oposición a los vientres de alquiler es puro conservadurismo y moral judeocristiana, pero…Alquilando nuestro vientre no estamos vendiendo el fruto de nuestra capacidad reproductiva, o trabajo como dicen al defender la prostitución, vendemos un niño/a. Te dan dinero y tu entregas a un niño ¿hay que simplificarlo más? ¿Tan faltos estamos de entendimiento del valor del ser humano?
Quienes promueven la industria de los úteros de alquiler utilizan los mismos argumentos para promover la legalización de la prostitución o la industria del sexo. Hablan de libertad individual, de que las mujeres son propietarias de su cuerpo y son libres de elegir o usarlo como les apetezca, promoviendo las leyes para legalizar y legitimar el mercado del cuerpo humano, nada importa si las afectadas son las que menos tienen, las que no pueden ni podrán decidir nunca gracias a un feminismo de salón, que luce palmito en revistas de moda y son protagonistas de sagas multimillonarias de cine. Mujeres “feministas” al fin y al cabo, que jamás conocieron la verdadera esencia, la razón de la verdadera lucha que lleva a cabo cada día una mujer de a pie, que no se avergüenza de serlo y que no está en venta para esos lobbies o poderosos, y que no envidia ser o llegar a ningún lugar donde su corazón no le lleve.
Quienes promueven la industria de los úteros de alquiler utilizan los mismos argumentos para promover la legalización de la prostitución o la industria del sexo. Hablan de libertad individual, de que las mujeres son propietarias de su cuerpo y son libres de elegir o usarlo como les apetezca, promoviendo las leyes para legalizar y legitimar el mercado del cuerpo humano, nada importa si las afectadas son las que menos tienen, las que no pueden ni podrán decidir nunca gracias a un feminismo de salón, que luce palmito en revistas de moda y son protagonistas de sagas multimillonarias de cine. Mujeres “feministas” al fin y al cabo, que jamás conocieron la verdadera esencia, la razón de la verdadera lucha que lleva a cabo cada día una mujer de a pie, que no se avergüenza de serlo y que no está en venta para esos lobbies o poderosos, y que no envidia ser o llegar a ningún lugar donde su corazón no le lleve.
M. Carmen M.
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