viernes, 16 de febrero de 2018

DOS VISIONES DEL 8 DE MARZO DE 2018. DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA

Hemos querido mostrar las dos visiones sobre el 8 de marzo el día de la mujer trabajadora

Unión Nacional de Trabajadores (UNT) no se sumará,
al igual que lo hizo el pasado año, a la llamada
“huelga feminista” convocada para el próximo 8 de marzo.

Entendemos que la conmemoración del primero de mayo, día de los trabajadores, engloba a personas sin distinción de sexo. La “huelga feminista” es, en consecuencia, un zarpazo más a la unidad de los trabajadores españoles.
El grueso del movimiento feminista actual, excepción hecha de algunas feministas conscientes que ya han denunciado públicamente el estrambótico extravío, es una manifestación de un pensamiento artificial, sectario, instrumento de intereses de transnacionales globalizadoras y, por ende, antinacional.

La lucha por la igualdad de derechos, salarios y pensiones muy poco o nada tiene que ver con las trastornadas baladronadas del actual movimiento feminista que, apoyado en una vacua transvaloración de un marxismo sumario, ha introducido aberrantes conceptos como “lucha de sexos” o una identificación del sexo masculino como una suerte de ogro patriarcal opresor, heredero del “malvado capitalista”, cuyo futuro no debe ser otro que el del exterminio.

En UNT juzgamos que perder la parte del sueldo correspondiente a las horas que dure la llamada “huelga feminista” (y que, en cierta manera, tanto nos recuerda a las “huelgas de país” atizadas por la burguesía supremacista y separatista catalana no hace muchos meses) equivale, simple y llanamente, a hacer de bobaliconas comparsas y, desde luego, a tirarnos piedras a nuestro propio tejado.


SIN NOSOTRAS EL MUNDO NO FUNCIONA
Sindicato CGT

Este 8 de Marzo, la CGT, en coordinación con el Movimiento Feminista, convoca HUELGA GENERAL DE 24 HORAS, LABORAL, DE CONSUMO, DE CUIDADOS sumándonos a la estudiantil. Hacemos un llamamiento a toda la sociedad para que la secunde y participe en cuantas movilizaciones y acciones se lleven a cabo.

Denunciamos la mercantilización que nos explota y esclaviza en la precariedad de nuestras vidas, siendo especialmente cruel en las vidas y discriminación a las mujeres.

Denunciamos que nos dificulten doblemente a las mujeres el acceso al empleo, no queremos más empleo precario, temporal, jornadas parciales y horarios incompatibles con el trabajo de cuidados que se nos imponen. Exigimos que se acabe con la brecha salarial, la desigualdad en las pensiones, el acoso sexual y por razón de sexo en los centros de trabajo.

No pueden continuar las violencias machistas y del mercado que nos tratan como objetos, posesiones del mercado, de los hombres que nos violan, acosan, maltratan y asesinan, que enferman e incapacitan a las mujeres para vivir. Pero también de las instituciones y sus leyes que reproducen actitudes y conductas machistas. Denunciamos las leyes por no garantizar el derecho a que todas las vidas sean sostenidas sin discriminar a ninguna. Exigimos respeto social y que la Iglesia no se siga inmiscuyendo.

Queremos un sistema educativo que reconozca toda nuestra diversidad, como mujeres lesbianas, bisexuales, transexuales, intersexuales, sin género, queers+; Queremos derechos sexuales y reproductivos para todas.

Es preciso que se eduque en la corresponsabilidad de los cuidados tanto a los hombres como a la sociedad. No queremos ni soportamos más seguir siendo las únicas responsables invisibles de los cuidados de las personas dependientes.

Queremos tener una sanidad pública y de calidad que no trate como enfermedades la vida de las mujeres, su menstruación, sus embarazos, su menopausia. Que la medicina de los hombres reconozca y respete nuestros cuerpos y nuestras vidas.

Las mujeres nos declaramos insumisas de las fronteras que sostienen el racismo, los CIE, y las deportaciones de vidas.

Queremos que se nombren y se equipare el valor en todos los trabajos que sostienen nuestras vidas: el trabajo doméstico y de cuidados, en particular, el que realizan las mujeres esclavizadas en el régimen especial de empleadas de hogar; y el trabajo reproductivo, de la vida y de la respuesta social a la precariedad.

Mujeres migrantes, presas, diversas funcionales, de todos los sectores productivos y reproductivos, juntas en los colectivos sociales de clase gritamos:

Sin nosotras no hay ni producción ni reproducción. Queremos parar para parar el mundo.

Como decía Louise Michel en la Comuna de París: “Las mujeres no se preguntaban si una cosa era posible, sino si era útil, y entonces lograban llevarla a cabo”.

Huelga para vivir, huelga para cuidarnos.

Únete a la lucha que somos muchas.

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