Chemtrails, el 11-S, Illuminatis, sionismo, NWO, zeitgeist…
Hay quienes tratan de rebatir las afirmaciones que se hacen en los miles de años de vídeo editados para difundir estas teorías es imposible. Pero además de imposible es innecesario. Creen que no es innecesario rebatir una a una porque estas teorías no deban ser rebatidas, sino porque todas las afirmaciones se basan en análisis irracionales que caen por su propio peso.
Las teorías conspirativas ofrecen explicaciones a fenómenos políticos, económicos y sociales simples de enunciar pero inoperantes para explicar toda la realidad. Son peligrosas porque la inoperancia para explicar la realidad a lo que conduce es o bien al desencanto y la impotencia o bien al fanatismo y la negación de la realidad.
El caso es que los que suelen criticar estas teorías unos por que no se ajustan a su modo de ver la vida osea a su método revolucionario ideología etc. Los otros por es el propio sistema el que les gusta lo que cual hace que pongan en evidencia las múltiples fallas o fallos del propio sistema. Por ello poco partidos del sistema o extraparlamentarios que se atrevan a hablar de Nuevo Orden Mundial ya por les puedan tachar de locos paranoicos o porque estén dentro del mismo sistema que lo genera osea una visión mas del polo azul o polo rojo sin salirse ni uno ni otro del propio engranaje del sistema.
Pero aúna así nos encontramos los retractores
Es sabido que la mente humana comprende mejor las situaciones estáticas que las dinámicas, especialmente las abstracciones. Por ejemplo, nos es más sencillo entender la historia como una sucesión de edades diferentes -edad antigua, edad media, edad moderna, edad contemporánea- que como un proceso continuo y permanentemente cambiante. Sin embargo, la realidad es en casi todas sus facetas un todo cambiante y por eso tenemos que esforzarnos si queremos comprender el mundo que nos rodea y dar un primer paso para poder trasformarlo. Las conspiraciones ofrecen explicaciones estáticas para fenómenos dinámicos y esa es la principal refutación que hay que hacerles: explican todos los fenómenos como consecuencia de un plan preestablecido y suponiendo una realidad bajo absoluto control.
La ciencia ha ido generando y descartando modelos para explicar la realidad que dan descripciones cada vez mejores sobre los procesos de nuestro entorno. El método científico contiene un elemento que hace que todas las teorías conspirativas queden excluidas de él y es el siguiente: las explicaciones científicas deben ser demostrables. Las conspiraciones nunca se demuestran, dado que “son secretas”.
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La conspiración frente a la ciencia social
Entrando más en detalle podemos analizar la explicación conspirativa a la realidad político social, que es la más extendida. La explicación conspirativa está compuesta por varias historias interconectadas: Illuminatis, masonería, sionismo… Pero todas apuntan a la existencia de una élite que tiene un control incondicional sobre todo lo que ocurre en el planeta. Esto explica absolutamente todos los procesos existentes.
El origen de estas teorías se sitúa poco después de la Revolución Francesa, a finales del siglo XVIII, cuando varios autores vinculados al segundo estado -el clero- trataron de explicar las transformaciones revolucionarias de occidente como el fruto de un plan elaborado y ejecutado por la “Orden de los Illuminatis” y por la masonería. En realidad, la orden Illuminati era una sociedad secreta de la burguesía centroeuropea que funcionó entre 1776 y 1787, que llegó a alcanzar los 2500 miembros y que se dedicó a la difusión de las ideas de la Ilustración. Para lograrlo, se acercaron a las logias masónicas, que en aquella época ya eran simples clubs de recreo. El grupo desapareció por la represión, pero no las ideas que difundían. Frente a lo defendido por las ciencias sociales, que sostienen que la Revolución Francesa fue el fruto de muchas tensiones; estos autores sostenían que es imposible que un proceso así pueda ser espontáneo y que por ello debía de haber una entidad dirigiéndolo todo. En suma, ponían en duda que amplios grupos humanos pudieran alzarse si no era bajo la dirección y control de unas élites.
Una segunda línea conspirativa aparece al llegar el siglo XX. El antisemitismo que durante centurias habían alimentado las iglesias cristianas había llevado a las comunidades judías a especializarse en las finanzas. Con la aparición del capitalismo industrial esa especialización otorga a las tradicionalmente herméticas comunidades judías un poder muy elevado frente al resto de la población. La explicación conspirativa rápidamente señala a los judíos como culpables de las transformaciones y la miseria del proletariado, como responsables de la industrialización y sus males. Esta teoría queda reflejada en Los protocolos de los sabios de Sion, un libelo que explica el supuesto plan del sionismo para controlar el mundo atribuido a la policía secreta del Zar ruso.
El tercer componente de las conspiraciones es de un carácter más religioso y se basa en el histórico milenarismo, la creencia de que “el fin de los días” profetizado en la Biblia cristiana se acerca. La extensión de esta creencia lleva constantemente a identificar señales y anticristos en los fenómenos sociales, lo que da un toque apocalíptico a todo el discurso conspirativo, anunciando siempre grandes desgracias.
De la combinación de estas 3 líneas -Illuminatis, judíos y milenarismo- resultan la gran mayoría de las explicaciones conspirativas que nos rodean. Así, la conspiración nos explica que las masas obreras asturianas en el 34 se levantaron por orden de la masonería internacional, que el 11S es una maniobra del gobierno mundial oculto o que la homosexualidad en Europa se está sembrando por la élite mundial mediante productos químicos dispersados por el aire. Lejos de ser simples ideas peregrinas, diversos sistemas de dominación han utilizado, y aun hoy utilizan, elementos de estas teorías para manipular a la población. El ejemplo más claro sería el antisemitismo que los fascismos utilizaron para expropiar a grandes propietarios judíos y para generar un clima de tensión social beneficioso para la dominación estatal que llevaron al extremo. Tras 1990 la nueva situación geopolítica mundial ha dado alas a una reformulación de las teorías conspirativas en una superconspiración que explica la existencia de un “Nuevo Orden Mundial” gestado por una élite en secreto.
Las ciencias sociales, por el contrario, describen el curso político-social como un proceso complejo, dinámico y sobre todo dialéctico. Esto quiere decir, que no encontramos ante transformaciones en las que intervienen varios factores enfrentados y de cuyo enfrentamiento van surgiendo nuevas situaciones, lo que explica mucho más racionalmente los procesos revolucionarios, la acumulación de riqueza o las tendencias culturales.
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La conspiración frente a la Termodinámica
Así como en la ciencia social la teoría conspirativa ofrece una simplificación de la historia y la política, en el campo de las ciencias físicas se ofrece un desafío a unos de los principios más básicos de la termodinámica: se afirma que la máquina de movimiento perpetuo es posible. La máquina de movimiento perpetuo sería la máquina que produjese energía de la nada, sin consumir materia u otra energía. Según la termodinámica esto es imposible por la propia definición de energía, pero para quienes sostienen la existencia de la “energía gratis” lo que ocurre es que la élite mundial controla las patentes y la investigación de todo el planeta para mantener el monopolio de la energía. De esta manera la conspiración se enfrenta a la ciencia empírica más inmediata. Esta postura se apoya en una mezcla de espiritismo, las ideas de Nicola Tesla y una fe cuasi-religiosa en la ciencia y la tecnología. Citando a Margarita Mediavilla “Creer en la ciencia es muy poco científico. La ciencia no es una creencia, ni un Dios, sino un método para entender la realidad.”[1]
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.[1] Energía libre, la última patraña. Entrevista a Margarita Mediavilla.
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Material:
– Contra la Conspiranoia: Cómo derrocar a los Illuminati
– ¿Energía “gratis”? Aportaciones del Grupo de energía y dinámica de sistemas de la Uva
–Energía libre, motor de agua, el legado de Tesla y otros desvaríos
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