miércoles, 6 de enero de 2016

El lado oscuro de la empatía

Solemos asociar la empatía con características positivas. Una persona empática es aquella que sabe ponerse en el lugar del otro y que siente lo que el otro siente. No solo nos comprende racionalmente sino también emocionalmente. Sin embargo, la empatía también tiene un lado oscuro. Al contrario de lo que muchos piensan, la empatía no solo genera compasión sino que también puede llevar a cruentas agresiones.
Persona en problemas + Empatía = Agresión

Investigadores de la Universidad de Buffalo se preguntaron si la empatía podía tener un lado más oscuro. Ni cortos ni perezosos, idearon un experimento muy interesante para contrastar su hipótesis. 

Reclutaron a 231 voluntarios y les pidieron que leyeran un artículo que hacía referencia a una persona con problemas económicos. En algunos casos, el artículo se refería a una persona estresada por sus dificultades financieras, en otros casos se perfiló un escenario diferente dejando entrever que la persona tenía problemas económicos pero que no se sentía particularmente preocupada por ellos.

A continuación, a los participantes se les dijo que la persona con problemas económicos participaría en un concurso de matemática para ganar 20 dólares. Luego, les preguntaron si les gustaría darle al contrincante de esa persona un aperitivo que contenía una “salsa especial”, la cual fue definida como “una sustancia que provoca dolor y afecta el desempeño cognitivo”. 

De esta forma los investigadores se aseguraban de que los participantes comprendían que tomando esta decisión le darían ventaja a la persona con problemas económicos pero, a la misma vez, causarían daño a su contrincante. ¿Qué hicieron?

Los resultados mostraron que cuando los participantes creían que la persona con problemas económicos se sentía estresada, no solo decidían administrar la “salsa especial” sino que también elegían mayores cantidades. En otras palabras, la empatía por la persona que estaba atravesando una mala situación económica no solo les llevaba a actuar de manera inmoral (inclinando la balanza a favor de una persona y haciendo que la competencia fuera injusta) sino que también les inducía a provocar dolor. 

Todo parece indicar que la empatía nos hace asumir que “el fin justifica los medios”.

¿Por qué las personas capaces de sentir empatía también son capaces de provocar dolor?


La empatía es sentir el dolor del otro como propio, es experimentar el estrés y la preocupación en nuestra carne. Por consiguiente, no es extraño que se activen nuestras emociones y se acalle la razón. Como resultado, actuamos de manera más impulsiva, sin pensar demasiado en las consecuencias de nuestros actos. Esa falta de reflexión nos puede llevar a adoptar comportamientos agresivos y violentos.

Basta pensar que a lo largo de diferentes culturas y épocas ha habido cientos de casos en los cuales, con el pretexto de defender a una persona desvalida, se le ha causado un daño desproporcionado al “agresor”. 

Esto nos indica que la empatía también tiene su lado oscuro, que no es una panacea y que debemos mantenernos atentos cuando este sentimiento se despierta porque podría llevarnos a adoptar comportamientos que distan mucho de ser justos o nobles.

Cuando vemos a una persona sufrir, debemos aliviar su dolor. No causar más dolor y sufrimiento en su nombre.

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