El 1 de octubre de 2017, en un transformador eléctrico de Vilanova del Camí (Barcelona) apareció una pintada en la que se podía leer “Noemí Truchante, recuerda que eres mortal”. Era la amenaza de los separatistas a la alcaldesa del municipio por no haber cedido espacios municipales para celebrar la consulta ilegal. Noemí Truchante (Barcelona 1979) no se amedrentó por ello. Noemí es mujer, socialista y catalanista. Por eso mismo, por catalanista, el pasado 12 de octubre de 2018 (con motivo del Día de la Hispanidad) decidió colgar la bandera de España del balcón del Ayuntamiento. ¿Un contrasentido? No. Una demostración de valentía. “¿Que defina catalanista? Todo aquel que vive, trabaja y ama a Cataluña. Yo soy catalana, amo a Cataluña y no la concibo fuera de España. Por eso colgué una senyera en el Ayuntamiento el 11 de septiembre. Y por eso colgué la bandera de España el 12 de octubre. Sin complejos. Porque lo siento y porque es mi deber gobernar para todos los vecinos”, resume la primer edil.
Insultos y amenazas
Noemí Truchante saltó a los medios el pasado 12 de octubre por este gesto. Una acción que le valió, como viene siendo habitual, insultos y amenazas. Tanto en el pueblo como en redes sociales. “Los que me atacan por Twitter a veces no son ni del pueblo. Son de otros lugares, pero vienen a difamar y a insultar. Ni caso”, sostiene.
¿Cómo se gestó lo de la bandera de España? “Fue una decisión que tomé con gente de mi equipo. Mandé comprar una bandera de España y la colgamos ese día. No hay más”. Y las reacciones no se hicieron esperar. Pero no solamente en contra. “Hay muchísima gente que me ha felicitado y me ha dado las gracias por este gesto. Porque es la bandera que les representa”.
Noemí Truchante asegura que tomó esa medida “porque quería normalizar algo que debería ser normal. Y realmente hubo muchas personas que me confesaron que para ellos fue un alivio que colgásemos la bandera de España. No debería ser excluyente ser catalán y catalanista y sentirse español y europeo. De hecho, en a sala de plenos del Ayuntamiento tenemos puestas las 4 banderas: la de Vilanova, la senyera, la española y la europea”.
Traidora y facha
“Facha”, “Lárgate de aquí” o “Traidora” fueron algunas de las respuestas que obtuvo tras mandar colgar la bandera. “Muchos de ellos insultan con cuentas anónimas; con perfiles falsos y sin dar la cara”, reconoce la alcaldesa, que respeta que haya independentistas pero también apunta que “aunque hay muchos que lo son de corazón, otros se han subido al carro porque es como una moda”. Lo único que les pide, a unos y a otros, “es respeto”.
Noemí Trucharte predica con el ejemplo. “Aquí respetamos a todo el mundo, sea independentista o no”. Pero sí que deja claro que no va a permitir que se tomen los espacios públicos con lazos amarillos y propaganda independentista, como sí que ha ocurrido en el municipio vecino de Igualada. “Vilanova del Camí es un pueblo de 13.000 habitantes y está limpio de lazos amarillos. Porque no tengo nada en contra de que la gente manifieste sus ideas y cuelgue lazos, banderas, esteladas, pancartas o lo que sea. Pero cada uno en su casa”.
10 vecinos multados por poner lazos
De hecho, tras haber advertido en el pleno a los partidos independentistas de que no iba a permitir que se colocase este tipo de propaganda separatista en las calles, se encontró con que algunos vecinos habían desobedecido y habían colgado lazos amarillos en las calles. ¿Cuál fue su reacción? “Proceder conforme a la ley. Encargamos un informe policial y resolvimos que había 10 vecinos que debían ser sancionados por haber colgado lazos en las calles”. Cada uno de estos vecinos tendrá que pagar una sanción de 500 euros.
No tiene miedo. Sigue recibiendo amenazas de vez en cuando, como cuando los CDR le enviaron un mensaje a través de un conocido: “Sabemos dónde vives”. Ella, sin titubear, le contestó: “Diles que vengan a mi casa”. Nunca vinieron, porque estos acosadores suelen proceder con nocturnidad y de forma anónima. Pero aunque no vinieron, a Noemí le afectó. Es madre de dos hijas, y para ella lo más difícil es precisamente aislar a su familia de este fenómeno. “Mis padres mi marido, mis hijas… La verdad es que yo lo pasé mal. Fue el 1 de octubre y puse en redes cómo me sentía. Sólo les pido que piensen en sus familias”.
Puigdemont el fugitivo
Noemí Trucharte, que estudió Derecho en la UAB y es abogada especializada en Derecho Civil y Penal, tiene claro que la situación social en Cataluña a causa del Proces “es muy delicada y tiene dos responsables claros. Por una parte el gobierno del PP y la gestión que ha hecho de todo este asunto. Por otro lado, los impulsores del Procés. Empezando por Artur Mas, que fue el que lo inició, pero sobre todo Puigdemont. Es un fugitivo que ha huido para no afrontar su responsabilidad. El día que proclamó aquella independencia de 8 segundos le pedía a su gente que no desfalleciesen. Decía que lucharía hasta el final… y a la que pudo se largó. Si estás comprometido con una causa tienes que llegar hasta el final”.
En su casa habla catalán con su marido y sus hijas. Sus padres son jiennenses y con ellos habla español. Espera que este asunto dse arregle haciendo política. “Pedro Sánchez está ofreciendo el diálogo que pedían desde aquí, pero tampoco lo quieren”, recuerda. Y no duda: “¿El año que viene? Espero seguir de alcaldesa para volverlo a hacer”.
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