miércoles, 3 de abril de 2019

Manifiesto popular a favor de la abstención activa en las citas electorales del 28 de abril y el 26 de mayo

COLECTIVO AUZOLAN 

En este 2019 tenemos por delante una primavera marcada por varias citas electorales en la parte de Euskal Herria bajo dominación del Estado español. Las elecciones municipales, forales, al parlamento navarro y europeas el 26 de mayo, a las que en el último momento se han sumado las elecciones generales españolas el 28 de abril. 

Estas convocatorias electorales se producen en un contexto de agudización de las contradicciones y de las crisis dentro del Estado español. Son ya bastantes las informaciones que auguran que la recuperación de la crisis de 2007, que ha posibilitado la obtención de enormes beneficios a costa de las clases trabajadoras, ha llegado al límite y que se aproxima una nueva crisis económica, con un nivel de crecimiento tan bajo que ya se puede hablar de que estaríamos en una etapa regresiva en lo económico. 
El aumento de explotación de los trabajadores, especialmente de las mujeres trabajadoras, los recortes continuos que han engordado los beneficios, el traspaso de la deuda bancaria a las cuentas publicas, los recortes de pensiones, educación, desahucios… que han posibilitado en el Estado español esta aparente recuperación no permite que haya más crecimiento, descendiendo de ser la octava economía mundial a ser la 14 y esa tendencia se agudizará. El aumento incontrolado de la deuda mundial no hace más que acelerar la gestación de la próxima crisis económica. 

La crisis ecológica y energética se han hecho cada vez más evidentes, habiendo sido los últimos cuatro años los más cálidos desde que hay registros. Ante los cada vez más escasos recursos, el capitalismo actúa para poder acaparar y asegurarse estos recursos de cara a afrontar su escasez futura. Tambores de guerra se oyen por parte del imperialismo como, por ejemplo, estas las últimas semanas en Venezuela y en otros países con el objetivo de controlar los recursos estratégicos que permitan al imperialismo estadounidense perpetuarse con la aquiescencia de una Unión Europea dependiente a través de la OTAN e incapaz de llevar una política independiente, aunque no sin contradicciones. 

La burguesía dominante, en la situación actual, también tiene muchas dificultades en un problema de dirección para perpetuarse ante las realidades emergentes de China, Rusia… y la incapacidad de gestionar las crisis citadas, lo que hace que su propio modelo entre en crisis. Unido a todo esto tenemos el aumento del militarismo y la exigencia del aumento de los gastos militares que, a parte de mantener una economía que crece artificialmente, atisba la salida militar a las crisis en marcha. 

En el Estado español la crisis política aparece en pleno apogeo en este periodo electoral al no haber conseguido el ejecutivo de Pedro Sanchez los apoyos necesarios para poder aprobar los presupuestos que le hubieran permitido perpetuarse. El motivo desencadenante ha sido la incapacidad de gestionar la cuestión nacional, negándose a negociar con las fuerzas catalanas y manteniendo activo el juicio contra el procés. Este es uno de los factores, junto a los efectos de los ya citados, que hacen que el modelo de Estado capitalista español entre en una verdadera crisis que supera al llamado «régimen del 78», al no haber sido capaz de articular ni con la figura del monarca ni con los populismos de izquierda o derecha una regeneración estatal, quedando a la vista la cárcel de pueblos que explota y oprime a todas las clases populares bajo sus dominios. 

Todas las salidas por las que apuesta el estatalismo (PP, PSOE, Podemos…), para no acabar siendo un proyecto fallido, pasan por afianzar el Estado español, apareciendo con especial virulencia la opciones más fundamentalistas y centralizadoras. Por un lado el PSOE, principal heredero de una socialdemocracia en pleno retroceso al haber cumplido ya su función de impedir el ascenso de las luchas populares, que quiere salvar el sistema actual manteniendolo en su esencia. Por otro, Podemos que habla de un federalismo que no articula realmente. Sus incapacidades de afrontar la cuestión de las naciones oprimidas unida a la incapacidad de ofrecer una alternativa a las clases populares, cada vez más empobrecidas, ha favorecido la reaparición del fascismo y del neofascismo. En la derecha se dan contradicciones respecto a cómo regenerar el Estado con un modelo franquista que se diferencia solo en matices cargado de un especial odio homófobo, machista, misógino, antivasco, anticatalán… la aparición de Ciudadanos y Vox, hoy por hoy, más que dividir a la derecha debilitándola le permite intervenir en el panorama político de nuevas maneras, con la reaparición del fascismo y del neofascismo como hemos citado anteriormente, reforzando la idea de una salida a la crisis por la ultraderecha mientras la izquierda no ofrece más que paños calientes. 

El PNV (y su sucursal Geroa Bai) ve los peligros que se atisban en el horizonte y es consciente de las tendencias centrípetas en un Estado que necesita, para poder mantener sus beneficios, acceder a diversos mercados. Ante esta situación, el PNV siempre se mueve en los pactos que mejor le convengan para apuntalar a un PSOE con el que poder pactar alguna reforma que no ponga en duda el sistema, siendo un activo en contra del pueblo catalán en sus ansias de independencia, actitud que ya conocemos bien en Euskal Herria, donde lo que más teme es que se llegue a una independencia que avance hacia el socialismo. 

En cuanto a EH Bildu, debido al cambio de estrategia de la izquierda abertzale, se encuentra enrocado en su apuesta por la participación institucional como vía para una «democratización» del Estado, se encuentra inmerso en la coalición Orain Errepublikak, apostando por un gobierno «progresista» del PSOE en Madrid, aunque este niegue la existencia de Euskal Herria, haya apoyado el 155 y mantenga su esencia galosa, profundamente españolista, monárquica y liberal en lo económico. Esto lo hace, EH Bildu, con la esperanza de poder negociar algún tipo de encaje de Euskal Herria en el Estado, tal como declaró el responsable de estrategia política de Sortu en una entrevista en el Diario Vasco: para la CAV apuestan por una reedición del incumplido estatuto de Gernika, con alusiones a la realidad nacional vasca y a sus derechos a decidir pero dentro de la constitución española, que a su vez los niega convirtiéndolos en seguidistas del PNV; y en Nafarroa apuesta por la continuación de un cambio que no ha avanzado en superar la partición del sur de Euskal Herria, afianzando a Geroa Bai a costa de reprimir y perseguir las expresiones del movimiento popular que muestran su descontento por la deriva tomada. Esta deriva estratégica va acompañada de felicitaciones a Trump en su toma de posesión, a las fuerzas represivas españolas por su actuación en los atentados de Barcelona de 2017… abandonando, paralelamente, reivindicaciones históricas como la amnistía, apostando por la reinserción, subordinando el movimiento popular a la vía institucional, llegando a desactivarlo como, por ejemplo, ESAIT o los más recientes de Independentistak o Gure Esku Dago! para priorizar su participación normalizada en las instituciones. 

Este somero repaso del contexto en el que se desarrollan estas elecciones es necesario para poder abordar el contexto electoral desde el movimiento popular y desde los sectores organizados por la independencia y el socialismo. El momento electoral es precisamente en las instituciones burguesas que dominan nuestro país el de mayor alienación respecto a la realidad política, convertida en el arte de engañar mejor que el contrario en el mercado de votantes con el objetivo de ganar a cualquier precio. Esta alienación es aun mayor con una izquierda abertzale oficial que en vez de destapar la realidad de la opresión y la explotación, legitima el sistema con promesas de democratizarlo y endulzarlo. En este sentido el oficialismo denuncia los sectores que, ante el cada vez mayor descontento con el devenir de los acontecimientos y con el cambio de estrategia en concreto, se organizan y comienzan a trabajar en claves que puedan reactivar el proceso revolucionario vasco, llegando a asumir la doctrina TINA creada por Margaret Tatcher (There is no alternative, no hay ninguna alternativa) que defiende que no hay más salida que la de reformar la democracia burguesa edulcorándola y que solo ellos son capaces de hacerlo. Que eso es a lo más que se puede aspirar. Quien se quede fuera será responsable de la vuelta del fascismo, de la represión y de la necesaria derrota. 

Pensamos que el movimiento popular y la militancia revolucionaria ha de afrontar este momento electoral como uno más en el proceso revolucionario de liberación y que el frente institucional es otro de los frentes de intervención en la lucha, por lo tanto va unido al momento político, a la correlación de fuerzas, al propio desarrollo del movimiento y a las propias contradicciones. Entendemos a su vez que la línea política electoral ha de ser a su vez una extensión de la línea política general y no al revés. Históricamente la Izquierda Abertzale ha decidido ante cada cita electoral con estos criterios, optando algunas veces por la no participación, otras por la participación electoral pero no institucional, otras por la participación activa en la institución para revelar su carácter opresor y de clase… llegando a la participación insumisa y rebelde en las épocas de ilegalización. No se priorizaba esa participación si no iba en consonancia con el ciclo de lucha y el resto de intervenciones en el resto de frentes, para en el momento oportuno golpear juntos. La participación institucional ha de ser una expresión de la lucha popular y del proletariado (como decía Rosa Luxemburg «una expresión de su violencia») para que esta no quede atrapada en las trampas del parlamentarismo burgués (y español en este caso). 

Debido al cambio de estrategia llevado a cabo por parte de fuerzas que en otros momentos se definían como revolucionarias y que ahora priorizan el reformismo y el autonomismo, apostando con todo su bagaje político e histórico a realizar pactos con la burguesía, afirmamos que no pensamos que dichas fuerzas puedan ser una herramienta que sirva a los fines del pueblo trabajador vasco y que por lo tanto no han de contar con nuestro apoyo. Igualmente cualquier participación en el parlamenterismo ha de ser consciente de sus límites, de su incapacidad de ser útil para la transformación social en los puntos importantes y su incapacidad para parar el fascismo (cosa que ningún parlamento ha conseguido) si no es que el pueblo organizado y consciente esté luchando en todos los frentes. 

A día de hoy no contamos con ninguna herramienta para hacer una intervención institucional que pueda ayudar en la lucha por la liberación nacional y social, la participación acrítica no revela la verdadera naturaleza opresora de la institución y la participación sumisa y colaboradora no trae como resultado avances ni en las condiciones de vida de las clases populares ni en el proceso revolucionario, por lo que a nivel electoral apostamos por la abstención activa como forma de intervención en el contexto actual, denunciando la falta de legitimidad de las instituciones que ocupan nuestro país y las fuerzas políticas que las apoyan, denunciando también la labor de las fuerzas de la burguesía vasca y navarra que colaboran con estos Estados y la labor del reformismo presentando al sistema como reformable, por lo que lo legitima, desvirtuando, por ello, las luchas populares. 

Apostamos por priorizar la construcción del independentismo socialista revolucionario como único proyecto que puede mejorar la vida de las clases trabajadoras, asegurar la supervivencia del pueblo vasco y su idioma, practicar una vida ecológicamente sostenible y aportar a la liberación de la humanidad oprimida y explotada en el que la mujer llegue a su verdadera emancipación. Llamamos a la participación activa, toma de conciencia, organización y activación, del pueblo trabajador a favor de la independencia y el socialismo, de la construcción de la República Socialista Vasca, de la revolución vasca, de la lucha en cada uno de los frentes, con las armas adecuadas a cada situación. Auzolana Euskal Herria, 2 de abril de 2019

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