viernes, 2 de agosto de 2019

¿Sabe Ud. el origen de "Nazi"?

Cuantas veces se ha hablado en repetidas ocasiones sobre el movimiento Nazi o se ha referido a individuos de estética Nazi, sin saber ni tan siquiera, que el movimiento político al que se refieren se llama Nacionalsocialismo y que el origen etimológico de tal palabra no es precisamente identificativa de ese movimiento ni de una ideología, bien al contrario se dirige como un término de carácter despectivo por sus detractores con un contenido ajeno.

Humilde lector, si usted es suficientemente curioso como para no dejarse arrastrar por prejuicios, le invito a leer el siguiente ensayo de muy corta extensión sobre el origen etimológico de la palabra Nazi y además, le advierto que un servidor no es un dedicado lingüista y le aconseja contrastar lo expuesto aquí pues las conclusiones a las que se llegarán son asombrosas pero raras veces mostradas o en el peor de los casos, debatidas.


* * *
El mito de la palabra Nazi comienza con el uso indebido para ocultar el nombre verdadero, el Nacional-Socialismo. Si consultamos una fuente hoy día generalizada para el aprendizaje como es la Wikipedia podremos encontrar acerca de ello lo siguiente:

“Nazi es la contracción de la palabra alemana NAtionalsoZIalistische, que significa 'nacionalsocialista' y hace referencia al movimiento Nazista o Nazismo. ”
[...]
“Fue un término acuñado por el ministro de propaganda del régimen alemán Joseph Goebbels, que lo usó durante uno de sus discursos para referirse a los miembros de su partido, el Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei (NSDAP) Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores.”[1]
Y en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española encontraremos:
nazi.

(Del al. Nazi, y este acort. de Nationalsozialist, nacionalsocialista).

1. adj. Perteneciente o relativo al nacionalsocialismo.
2. adj. Partidario del nacionalsocialismo. U. t. c. s.[2]

Comenzaremos por la llamada referencia a Goebbels y su misterioso discurso no citado, y sin fuente para consultar, donde se supone que fue empleada por primera vez esta terminología. Lo que ya de entrada debería ser un indicio para sospechar, comienza a tomar forma si observamos la obra de Goebbels que sienta la base para el supuesto origen de la palabra Nazi según algunos autores. Me refiero claro a “El Nazi-Sozi: Preguntas y Respuestas para Nacional-Socialistas”. A pesar de ser mostrado como una prueba irrefutable de que el origen de esta palabra proviene del mismo movimiento y que se llamaron así mismos de esta manera, resulta ser completamente erróneo en cuanto tomamos la obra de Goebbels y descubrimos que a lo largo de ella no se menciona en ningún momento tal palabra así como para referirse al movimiento y al partido emplea la original, el Nacional-Socialismo o simplemente Socialismo. No encontraremos a lo largo de la obra en ningún momento la palabra Nazi o Nazi-Sozi, a pesar de aparecer en la portada. 

¿Qué significa esto? Muy probablemente Joseph Goebbels nunca escribió el título Nazi-Sozi que se emplea en la portada y que tenía una intencionalidad de alcanzar al público desconocedor del nacionalsocialismo, es decir aquellos que eran indiferentes o detractores y les conocían como nazis. Teniendo en cuenta que sólo se expresa en el título del libro, algo que debe tener relevancia sobre el contenido, Goebbels no vuelve a emplearla en su contenido y en su lugar utiliza las originales lo que demuestra de manera indiciaria que el título no fue redactado por él, más si tenemos en cuenta que no hay discurso de Goebbels que empleara esa terminología siendo preferible denominarse nacionalsocialista o simplemente socialista.

¿Es esto sólo un caso aislado? No, ciertamente, sólo deberemos acudir a un documento de relevancia fílmica como lo es el Triunfo de la Voluntad y en ningún momento escucharemos a los miembros del NSDAP referirse a sí mismos y al movimiento como Nazi, Nazi-Sozi, o incluso Fascista. Ésta es otra importante palabra empleada para ocultar el vocablo original, la raíz socialista, que tuvo desde sus inicios. ¿Cuándo empezó a ser utilizada esta otra palabra? No entraré a divagar porque podría extenderme sobre otro camino que aquí no quiero abordar, basta con recordar que fue a partir de 1932 y, especialmente, durante la Segunda Guerra Mundial que los Comunistas empezaron a emplear repetidamente la palabra Fascista a los nacionalsocialistas con el objetivo de ocultar el socialismo de carácter nacional a diferencia del internacional propugnado por el marxismo. Fue una de las tantas estrategias propagandistas de Stalin que tan buen resultado dieron. La alianza con Italia fermentaba y justificaba todavía más el uso de esta otra palabra. De hecho trataron de evitar incluso el término Nazi empleando en su defecto en la literatura el término Fascista.

¿Y Hitler que dice al respecto? Normalmente se suelen tener por palabras inamovibles aquellas que fueron escritas en la obra Mi Lucha de Adolf Hitler, sin embargo en ningún momento podremos leer que se emplee la palabra Nazi. En su lugar se emplea la de Nacional-Socialismo. ¿Cómo es posible que este detalle haya pasado inadvertido a tantos estudiosos, sean detractores o no, de la obra que supone el pilar principal del Nacional-Socialismo? Los hay que incluso acuden a éste para alertar sobre el futuro plan para el denominado Holocausto. Pero no hay rastro de Nazi...

Si continuamos acudiendo al mito del origen de la palabra Nazi en Goebbels, podremos observar otra de sus obras, en este caso un simple panfleto, llamado “Esos Malditos Nazis”. Sin embargo cuando acudimos al denominado panfleto nos sorprenderemos al leer su título: “La Esvástica maldita. Algo para pensar en ello.” ¿Por qué se traduce de esa manera? ¿Por qué se impone la palabra Nazi si Goebbels no la emplea en el título del panfleto original? Ni tan siquiera aparece en el contenido de éste[3]. Debemos sospechar entonces por qué se esfuerzan tanto en emplear una palabra ajena a un movimiento que ni la emplean sus dirigentes ni sus miembros.

Ahora revisemos el continente de la palabra Nazi-Sozi que, aun suponiendo que fuera cierta, supone una chocante contradicción la habitual explicación de la contracción Nazi. ¿Por qué? Sencillamente porque se nos explica que la contracción Nazi proviene de Nationalsozialistische, lo que dejaría categóricamente fuera de lugar el empleo de Sozi como acotación de Sozialistiche. Por tanto deberíamos descartar, como ya dije anteriormente, ese extraño uso de Nazi-Sozi empleado por motivos publicitarios para la obra de Joseph Goebbels, o directamente deberíamos derribar la palabra Nazi que perdería su valor como acotación al no corresponder el “zi” con los de la palabra Sozialistiche, pues tampoco es posible encontrarlo en National y una redundancia de Sozialistiche en tanto se pronunciara por Nazi y por Sozi no sigue a la lógica de ocultar el componente socialista pues estaríamos repitiendo por segunda vez la misma palabra.

Así en algunos lugares como por ejemplo en Chile, se habla de Nacista en tanto emplean una palabra correctamente traducida al español de Nationalsozialistiche, es decir, proviene de Nacionalsocialismo. En este sentido el uso de Nacis sería incluso verdaderamente correcto respecto con la abreviación dada oficialmente de Nazis, ya que se emplea una traducción siguiendo la misma posición de letras para acotar. Si fuéramos plenamente lógicos y consecuentes al realizar un uso traducido en los nombres como siempre viene haciéndose con todos los nombres propios, entonces deberíamos preguntarnos lo siguiente, ¿Por qué se emplea exclusivamente la palabra Nazi y no su correcta traducción como sí sucede por ejemplo en el Comunismo con Bolchevique y su término original Bolševik? Quizás porque en realidad no existe tal traducción de la palabra Nazi, esto es decir, que no existe motivo para ser traducida porque en realidad es un todo derivado de una misma palabra. De manera que deberemos asumir, por pura incoherencia del uso dado por sus detractores, que la palabra Nazi deriva de una misma y única palabra y no forma parte de una acotación dada para reducir la palabra Nationalsozialistiche, como se nos viene diciendo.

Muy a pesar de que el término Sozi es plenamente correcto y fue empleado para denominar a los Socialistas durante los '20, supongamos que la acotación Nazi es la correcta. ¿Por qué no hay una obra o panfleto mínimamente relevante de la época de los propios nacionalsocialistas definiéndose como nazis? Sin embargo sólo tendremos que acudir a la propaganda y a los artículos de aquellos críticos o enemigos políticos de la época para descubrir que se empleaba tal palabra por los detractores, específicamente el periodista Konrad Heiden fue quien la popularizó según se dice a raíz de un artículo. Ron Rosenbaum hace una gran aportación explicando el origen etimológico de esta palabra y nos explica cómo en realidad era empleada otra contracción muy diferente durante los años '20, en este caso Naso, que retrataba fielmente la contracción de Nacional-Socialista[4].

Debemos de preguntarnos lo siguiente: ¿Por qué si al principio se les llamó Naso empezó a popularizarse el término Nazi? La respuesta es muy sencilla, si tenemos en cuenta que se popularizó precisamente entre los detractores del nacionalsocialismo: un significado peyorativo con el muy probable objetivo de burlarse o ridiculizarlos. Si bien actualmente el término Nazi no invoca precisamente un sentimiento de burla, más bien todo lo contrario: uno de profundo odio o desprecio según el interlocutor, recordando los horrores del pasado del bando que perdió la Segunda Guerra Mundial. Dejemos a un lado esto y acudamos a cuál era ese significado peyorativo del que hacían gala en los años '20 y '30 los detractores del nacionalsocialismo.

La palabra Nazi anteriormente a la existencia del movimiento nacionalsocialista ya era empleada en la región de Baviera con un origen etimológico en el nombre Ignatz del latín Ignatius, en castellano conocido como Ignacio, que venía a significar en su uso coloquial una persona idiota o torpe e incluso simple. He aquí el verdadero y profundo significado del término Nazi: un pequeño descalificativo para reírse de los nacionalsocialistas. He aquí el profundo motivo por el que los miembros del NSDAP no quisieron adaptar y emplear un término que tenía un significado tan negativo y que no retrataba el significado Socialista del movimiento, más si tenemos en cuenta que lo emplearon sus detractores en su propaganda y crítica.

En cuanto al nombre Ignatz, volviendo sobre él, cabe mencionar que también era un nombre muy común en la parte católica de Austria y era bastante popular entre el Imperio Alemán llamar Nazi a los soldados del Imperio Austro-Húngaro, especialmente durante la Primera Guerra Mundial. Como podemos ver vuelve a repetirse un significado de carácter peyorativo en tanto se usa para burlarse[5].

Si hasta ahora hemos observado las incongruencias del uso de Nazi con Nazi-Sozi, la incompatibilidad entre ellas y su uso como contracción al no corresponderse con Nationalsozialistiche, si hemos expuesto su origen etimológico despectivo en la región de Baviera y cómo los propios nacionalsocialistas rechazaron en general su uso muy a pesar de ser insultados como Nazis, ahora llega la parte etimológica más difícil de asimilar y que toma origen en el uso de otro nombre que al igual que Ignatz, sienta el precedente para la raíz de la palabra Nazi.

¿Y si el significado asociado hoy día fuera todo lo contrario al origen milenario de la palabra Nazi? Cuando acudimos en el origen de la palabra Nazi en un nombre propio descubriremos que su origen viene también de otra palabra que no es muy conocida y sin embargo debería: Ashquenazi. ¿Qué es un ashquenazi? Para aquellos que no estén familiarizados con las etnias hebreas deberán saber que el pueblo judío, al igual que muchos en este mundo, tiene una división interna en diferentes etnias y culturas debido en parte a la diáspora y su vagar por diferentes naciones y países. A principios de siglo XX se sabía con certeza que algo más del 90% de la población judía a nivel mundial pertenecía a esta etnia. Por extraño que le pueda parecer, la palabra Nazi ahonda su más profunda raíz etimológica milenaria en esta palabra. ¿De dónde tomaron estos judíos este nombre? Lo cierto es que el origen de este nombre es, como ya dije anteriormente, milenario y está recogido en el Antiguo Testamento, exactamente en el libro del Génesis 10:3 y en Crónicas 1:6 donde está recogido el nombre de un hijo de Gomer, quien se asocia bíblicamente con las tribus Francas y Germánicas, llamado Ashquenaz[6].

Este hijo de nombre Ashquenaz es a su vez relacionado con pueblos del Este de Europa como los Escitas, Sármatas e incluso con los Arios[7]. No entraremos en detalle de por qué se realiza esta asociación entre estos tres pueblos de origen europeo, pero se pueden encontrar trabajos al respecto sobre las migraciones bálticas y la cultura gótico-báltica que los relaciona y les atribuye un mismo origen en las tierras de la cuenca del Vístula. ¿Por qué los judíos toman este nombre bíblico asociado a Europa? Sencillamente porque los judíos ashquenazi llamaban, debido al uso bíblico, a toda la parte central y este de Europa de esta región el Ashquenaz. ¿Por qué tomaron pues el nombre de las tierras que llamaban así? Ya en tiempos medievales los judíos asentados en el continente Europeo comenzaron a llamar así en tiempos pretéritos a esta región como sinónimo para su ancestría mezclada con cierto origen de los autóctonos europeos, específicamente en el este de Europa y en concreto en regiones como el norte del Cáucaso con pueblos como los Khazars y su conversión al judaísmo. Así pues, quien con más derecho tiene a reclamar el origen de la palabra Nazi sea, irónicamente, el pueblo judío asquenazí.

¿Por qué no han reclamado tal origen y han permitido su vulgarización hasta el extremo de ser el distinguido insulto para los nacionalsocialistas? No profundizaremos en la respuesta porque puede llevarnos hacia otros campos que se escapan al ceñido en este breve y simple ensayo. El asquenazismo tiene motivos de peso como para no asociarse a un término de connotaciones negativas que ha pasado de definir una región, a ser un insulto despectivo sinónimo de idiota, hasta alcanzar ni más ni menos al etiquetado de un movimiento político que precisamente estuvo en liza con el pueblo judío y en especial los ashquenazis. Además, si tenemos en cuenta la especial característica discreta del pueblo judío y de su involucramiento con el activismo político por los derechos de los judíos así como la creación de los movimientos sionistas y su influencia en la sociedad, lo que menos querían era llamar la atención y ser catalogados como un pueblo de tendencia etnocentrista.

Cabe mencionar otro punto a modo de cierre a este pequeño ensayo en el que quiero dejar reflexionar al lector: ¿Y si un ashquenazi era nacionalsocialista? Ésta posibilidad que bien pareciera de ciencia-ficción, sí sucedió a lo largo de los años '30 y bien entrado el periodo de la Segunda Guerra Mundial, no es una elucubración más. Su número fue muy elevado y aspiraban a tener un hueco en el Nuevo Orden que se pretendía o bien aspiraban a la construcción de un Estado de Israel como sionistas[8].

Tras lo expuesto en este breve ensayo he llegado a una simple y contundente conclusión que bien puede reducirse a lo siguiente: Los nacionalsocialistas no son nazis, en todo caso los nazis son el pueblo judío asquenazí, primero porque toman nombre del origen etimológico del nombre bíblico Asquenaz, y segundo porque son hoy por hoy la única etnia que ha conservado el nombre para los habitantes que tienen orígenes en el Asquenaz medieval. Por tanto concluyo que si algún colectivo debe reivindicar justamente en su sentido más puro sin interpretaciones peyorativas, esa sea sin duda, la etnia judía ashquenazi. Y en su defecto, aquellos que habitan el Ashquenaz, es decir, centro y este del continente Europeo, pese a quien le pese, al margen de ideologías y religiones.

“Leibwobitz tiene razón, somos Judeo-Nazis y ¿por qué no?[...]” (ex-Primer Ministro Israelí Ariel Sharon)[9].

NOTAS

[1]http://es.wikipedia.org/wiki/Nazi, [24/5/2009].
[2]http://www.rae.es, [25/5/2009].
[3]Joseph Goebbels and Mjölnir, Die verfluchten Hakenkreuzler. Etwas zum Nachdenken (Munich: Verlag Frz. Eher, 1932). Nótese que no habla de “Swastika” sino de “Hakenkreuzler” que a pesar de similar, no son lo mismo, pero preferí traducir por tal.
[4]Ron Ronsebaum, Explicar a Hitler: La búsqueda de los orígenes de su maldad, Siglo XXI Editores, pp.179.
[5]http://www.etymonline.com/index.php?term=Nazi, [25/5/2009].
[6]http://es.wikipedia.org/wiki/Ashquenazi, [26/5/2009].
[7]http://en.wikipedia.org/wiki/Ashkenaz, [26/5/2009].
[8]Bryan Mark Rigg, La tragedia de los soldados judíos de Hitler, Inedita Ediciones.
[9]Amos Oz, Les voix d'Israël, Calmann-Lévy, París, traducido por Guy Seniak. pp.79-91.

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