Cristianos ortodoxos palestinos fueron impedidos de llegar a Jerusalén para celebrar la Semana Santa de esa iglesia, denunció aquí hoy Hanna Amireh, miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación Palestina (OLP).
Israel desplegó miles de policías y agentes de seguridad vestidos de civil en Jerusalén para controlar las celebraciones, los cuales golpearon a fieles que se dirigían a la iglesia del Santo Sepulcro, la cual, según la tradición cristiana, está erigida en el lugar donde fue sepultado Jesús de Nazareth tras ser crucificado por los romanos con la aquiescencia de los prelados judíos de la época.
Las autoridades israelíes proscriben la entrada a su territorio de misioneros cristianos, y expulsa a quienes tratan de realizar conversiones del judaísmo al cristianismo; conventos e iglesias católicas en la Cisjordania y en la propia Jerusalén son objeto de constantes agresiones por inmigrantes judíos.
En los puestos de control los oficiales israelíes entorpecieron el acceso a Jerusalén de cristianos palestinos de varias ciudades; convirtieron una celebración religiosa en un campo de batalla, acorde con la funcionaria, que encabeza el Comité Presidencial de Asuntos Eclesiásticos en la Autoridad Nacional Palestina.
Subrayó que la represión es parte de la estrategia israelí para convertir a Jerusalén en una ciudad judía, formada además por la demolición de viviendas, expropiación de terrenos y la profanación de templos, entre ellos la mezquita Al Aqsa, uno de los tres lugares más sagrados del Islam.
Fuente: Agencia Prensa Latina
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