Manuel Fernández-Monzón sitúa a Carrero Blanco como el “líder de la pretransición”
J.M. GARRIDO |
La desaparición de dos de los principales protagonistas de la transición -Adolfo Suárez por defunción y el rey Juan Carlos por abdicación-, ha sido el momento elegido por el general Manuel Fernández-Monzón para desvelar algunos de los secretos mejor guardados de la época en la que trabajaba en los servicios de información militares. Con ayuda del historiador Santiago Mata, este militar que tuvo altas y diversas responsabilidades en los servicios de inteligencia desde 1972 e incluso fue quien redactó el proyecto de reforma del sistema de inteligencia en abril de 1981, relata cómo se vivió en las zonas opacas del Estado el paso de la dictadura a la actual democracia.
El rey y Suárez, meros interpretesEn El sueño de la transición (La Esfera de los Libros), Fernández-Monzón sostiene que fueron los servicios de inteligencia de Estados Unidos, Alemania y de España los productores de una transición que tan sólo interpretaron a la perfección el rey Juan Carlos y Adolfo Suárez. De hecho, el general asegura que ni Juan Carlos I ni Adolfo Suárez tuvieron nada que ver en la previsión, preparación y diseño de la transición del franquismo a la democracia.
Un guión made in USA
“El guión se produjo, se diseñó, se elaboró y se concretó hasta el más mínimo detalle a partir del 27 de febrero de 1971, cuando visitó España el general Vernon Walters como embajador volante del presidente de Estados Unidos, Richard Nixon”, apunta Monzón en la obra editada por La Esfera de los Libros.
“El guión se produjo, se diseñó, se elaboró y se concretó hasta el más mínimo detalle a partir del 27 de febrero de 1971, cuando visitó España el general Vernon Walters como embajador volante del presidente de Estados Unidos, Richard Nixon”, apunta Monzón en la obra editada por La Esfera de los Libros.
¿Confiaba Franco en el rey?En este proceso, fue el presidente del Gobierno franquista desde el 9 de junio de 1973 hasta su asesinato el 20 de diciembre de ese mismo año, Luis Carrero Blanco, el “líder de la pretransición”. Según Fernández-Monzón, “el principal objetivo político de Carrero blanco fue conseguir el nombramiento de Juan Carlos de Borbón como príncipe de España”. En este contexto, el general se pregunta si confiaba tanto Franco en Juan Carlos. Su respuesta es tajante: “Yo creo que no. Confiaba en el sistema monárquico, que había durado mil años, y pensaba que por algo sería”.
“Vinculación masónica del rey”Precisamente, respecto a la reinstauración de la monarquía en noviembre de 1975, Monzón desliza una hipótesis hasta ahora desconocida: la posible vinculación masónica del rey Juan Carlos. “Pienso a veces malévolamente el algún vínculo masónico. Si no, no comprendo por qué todo fue negociable, todo discutible, de todo se pudo hablar, menos de esto. ¡En aquel entonces, cuando Juan Carlos no era querido, ni respetado y además era joven!”, escribe Fernández-Monzón antes de desvelar que tuvo ocasión, porque se lo “trajeron los alemanes después de morir don Juan padre, de ver la fotocopia de una publicación en la que figuraba la incorporación suya (en referencia al rey Juan Carlos I) a la logia Royal Alfa de Londres, apadrinado por el duque de Kent y por el rey Alejando de Yugoslavia”.
Sorprendido ante el apoyo al “rey de Franco”Aunque el general no es capaz de concretar la influencia exacta que tuvo el “apoyo masónico al rey Juan Carlos”, reitera su sorpresa ante el hecho de que el único “eje intocable” de toda la transición fuesen la monarquía y el rey de Franco. “No lo he entendido nunca. Porque cuando todo el mundo se está moviendo en coordenadas no solo democráticas, sino suprademocráticas y excesodemocráticas, tener un jefe de Estado que es el rey de Franco, y que se obligue a todo el mundo a tragárselo desde el principio, y que todo el mundo se lo trague, Felipe con más entusiasmo que Carrillo, pero todos, absolutamente todos, resulta sorprendente”.
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