martes, 26 de mayo de 2015

Democracia sin partidos

La Democracia sin partidos es una forma de organización política de carácter representativo, que ejerce un Estado o una parte de este, en la cual se celebran eleccionesperiódicas sin la participación de partidos políticos, siendo todos los postulantes candidatos independientes. También puede referirse a sistemas donde el partido político no es el organismo principal de representación y participación. En este caso esas funciones son ejercidas mediante cuerpos sociales intermedios como los gremiossindicatos y federaciones (ámbito económico productivo) y las juntas de vecinos, organizaciones territoriales y municipios (ámbito territorial). Ejemplos de esto son el corporativismo,sindicalismoanarquismo (en sus distintas variantes), etc. En varios de estos casos se llamó "democracia funcional" o "democracia orgánica" al modelo implementado, o al que se proponía implementar por organizaciones de ideologías políticas diversas, que van desde el conservadurismo religioso, el nacionalismo, el fascismo (entendido como término genérico) y diversas divisiones de la extrema izquierda.

Ejemplos históricos

En la democracia de la Antigua Grecia no había partidos, era una democracia directa donde ciudadanos capacitados votaban por las leyes ellos mismos en vez de elegir a representantes.
La administración de George Washington y las primeras sesiones del congreso de Estados Unidos eran sin partidos.
Durante el período 1867-1876, bajo las presidencias de Benito Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada, se estableció en México un sistema político democrático en el cual no había partidos sino facciones dentro del grupo liberal, pero existía una verdadera división de poderes, respeto hacia la ley, soberanía plena de los estados, elecciones sin fraude, con magistrados independientes y libertad de opinión.4
En 1986 mediante un referéndumUganda prohibió la creación y participación de partidos, aunque de facto el Movimiento Nacional de Resistencia continuó operando comopartido único.5 Esta medida fue revocada mediante otro referéndum celebrado en 2005.6

Tras la muerte de Franco parecía como si no hubiera forma de asentar una democracia sin partidos políticos. Se aceptaba entonces de manera casi unánime que la estructura de un partido político era la forma más directa y auténtica que tenía el ciudadano para participar directamente en la política. Desde entonces han pasado casi cuarenta años, tiempo suficiente como para haber comprobado hasta la saciedad que la representatividad de los partidos políticos es casi nula: sus dirigentes se representan a sí mismos, a nadie más. Los partidos ya no son opciones ideológicas o programáticas, sino grupos de intereses particulares; nada más. En estas circunstancias hace falta plantearse si los partidos son el canal más adecuado de participación democracia. Y, sobre todo, plantearse alternativas. El anti-partido es una de ellas.

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