martes, 26 de mayo de 2015



Emblema de la Falange
La adopción de este símbolo se produjo a causa de una explicación de un profesor de la Universidad de Granada, Fernando de los Ríos, de inclinaciones socialistas, que en una clase de Derecho Político instruyendo sobre el Estado Fascista y sus símbolos, hizo un apunte en el encerado con un ramillete de flechas entroncadas con un yugo, indicando que ese sería el símbolo del fascismo de haber nacido o surgido en España:
Si algún día hubiese un fascismo español, éste podría ser el emblema14
Un alumno asistente a esa clase, Juan Aparicio López, fue el que insinuó la adopción de este símbolo para las JONS de Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista). También propuso la bandera roja y negra y el lema «España, una, grande y libre».15
Quien diseñó la yuxtaposición con que fue adoptado el símbolo de la JONS fue el burgalés Escribano Ortega, firmante del manifiesto de los gallos de marzo en el que convergían su cualidad de dibujante con su personalidad tradicionalista. En una cuartilla rayó la verticalidad oblicua de las flechas y la horizontalidad maciza del yugo y se dispuso a unirlos por su convergencia y así fue como renació el emblema al que Ramiro Ledesma adoptó como representativo de las nuevas JONS y que más tarde perduraría y sería adoptado por Falange en el momento mismo de la fusión el 13 de febrero de 1934 representada por Ramiro y José Antonio en un ático de la Gran Vía madrileña. Más tarde, José Antonio Primo de Rivera, el 19 de octubre del mismo año, en una comunicación entre otras cosas decía[cita requerida]:
Oído el parecer del Consejo Nacional, esta Jefatura ha acordado lo siguiente: sobre el bolsillo izquierdo, en la misma camisa o en un trozo intercambiable de tela del mismo color, irá bordado el emblema de las cinco flechas y el yugo.
Emblema en viviendas de protección oficial construidas durante el régimen de Franco (Madrid, 2007). El partido único utilizaba la maquinaria sindical del Movimiento Nacional, y con ella la de la FET-JONS, para intentar llevar a cabo medidas nacionalsindicalistas, aunque estas siempre eran muy tímidas. Un ejemplo de ello son las VPO de la etapa del franquismo; una forma de satisfacer las reivindicaciones de Serrano Suñer.
El poeta y militante falangista Rafael Sánchez Mazas evocó en una edición de la revista El Fascio de 193316 las motivaciones para la adopción por parte de la Falange Española de algunos de los elementos de la divisa de los Reyes Católicos, llegando a atribuir su origen a varias de las obras del poeta romano Virgilio (70 a. C. – 19 a. C.), el simbolismo de las flechas, como expresión de la guerra evocada en su obra Eneida, y el yugo, para las labores agrarias, basada en las Geórgicas,17 con el que se pretendía conferir a la divisa un significado propio al ideario falangista:

(..) Repongamos en el escudo yugo y haz. Si el yugo sin las flechas resulta pesado, las flechas sin el yugo corren peligro de volverse demasiado voladoras. Tornemos, más que a una política, a una disciplina, a una conducta, a un estilo, a un modo de ser, a una educación.
Sánchez Mazas, El Fascio, Haz y Yugo, 1927, Madrid, 16 de marzo de 1933.
Para los responsables del ideario falangista, como José Antonio Primo de Rivera, Juan Aparicio, Ernesto Giménez Caballero, Ramiro Ledesma, Orbegozo, que dejaron sus reflexiones en la revista Fascio18 el emblema elegido también se aproximaba al del fascismo italiano, éste a su vez inspirado en el fascio o símbolo de los líctores romanos, mediante la asociación polisémica en español de la palabra "haz", también del latín fasces, que se entiende como haz de flechas o de trigo, o como el imperativo del verbo hacer, adecuándose al espíritu revolucionario que se quería dar a la Falange19 y a la grave cuestión de la reforma agraria, tema de la actualidad política de los primeros años de la Segunda República. Sánchez Mazas volvía a recordar la intencionalidad simbólica asociando el haz de flechas a un vocablo propio del campesinado, que incluso inspiró un cuento tradicional: el del padre que al morir manda a sus hijos mayores partir un haz, cosa imposible, mientras que el hijo pequeño lo consigue fácilmente quebrando las espigas de una en una. La moraleja es que, permaneciendo unidos como el haz, serán invencibles. El yugo y el haz de flechas querían simbolizar una forma de vida y una forma de gobernar, prudente y a la vez emprendedora:

El yugo sin las flechas resulta pesado, las flechas sin el yugo corren peligro de volverse demasiado voladoras.
Yugo y Flechas
El diseño del yugo y el haz de flechas fue descrito en la pragmática expedida por los Reyes Católicos en Medina del Campo en el año 1497, para llevar a cabo su reforma monetaria donde pretendían unificar el sistema monetario además de regular el funcionamiento de las casas de moneda y monederos.

Emblemas de los Reyes Católicos en la fachada de la Iglesia de Santiago, de Losar de la Vera (Cáceres), c. 1500.
En las monedas introdujeron el yugo, el haz y el nudo gordiano.20

El emblema del Yugo fue el propuesto por Antonio de Nebrija a Fernando como emblema de su esposa Ysabel, que anteriormente le había pedido que el emblema comenzara por Y. El poeta le propuso el Yugo porque fue el objeto al que estaba atada una cuerda con el «nudo gordiano», un nudo que era imposible de desatar menos para quien estuviera destinado a ser el conquistador del mundo. El mismo Alejandro Magno sacó su espada y lo cortó exclamando «Tanto monta» (da lo mismo), para que el rey tomara la acción directa para hacer valer su posición.21
Los miembros y pedazos de España, que estaban por muchas partes derramados, se redujeron y ayuntaron en un cuerpo y unidad de reino. La forma y travazón, del cual casi está ordenada que muchos siglos vivirá y tiempos, no lo podrá romper ni desatar.
Y ofrecido en el año 1516 al Emperador Carlos V:
Vuestra alteza debe venir a tomar en la mano aquel yugo que el católico rey vuestro abuelo os dejó, con el cual tantos bravos y soberbios se domaron y en la otra las flechas de aquella reina sin par, vuestra abuela, Doña Isabel, con que puso a los moros tan lejos.
El decreto de 1938, que especificaba el nuevo escudo de armas del régimen, incluyó estos elementos según la disposición usada en el siglo XIV, es decir, con el haz de flechas apuntando hacia abajo, pero a partir de 1945, el nuevo diseño varió esa posición y desde entonces, el haz apuntaría hacia arriba, aproximándola a la interpretación falangista. Este símbolo fue adoptado por el franquismo como símbolo del nuevo y único partido del régimen, Falange Española Tradicionalista de las JONS (FET JONS), fruto de la unión de Falange Española de las JONS y Comunión Tradicionalista (carlistas) en el que también se integraron miembros del resto de los partidos y grupos derechistas que apoyaban la sublevación y que habían quedado disueltos tras el inicio de la Guerra: la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), monárquicos alfonsinos y otros partidos de significación derechista, agrarios, etc.

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