En los últimos siete años, una comunidad judía mesiánica al sur de Israel ha sido hostigada y perseguida. ¿Quién lo está haciendo? Judíos ultra ortodoxos. A pesar de la oposición casi diaria, los creyentes perseveran en la fe.
Unos 200 manifestantes ortodoxos protestaron afuera de la casa de un judío mesiánico, contra los 100 miembros de la comunidad mesiánica en Arad, acusándolos de actividad misionera.
Liderados por el agresivo grupo anti-misionero “Yad Lakim”, su mensaje fue claro: “Esperamos que después de estar aquí manifestándonos y hablando de corazón, no tengamos que regresar con manifestaciones, porque los judíos mesiánicos -como se denominan- serán borrados de Arad”, agrega Benny Vulcan.
Yakim Figueras es pastor de una de las cuatro congregaciones en Arad –un pueblo desértico de unos 25 mil residentes seculares. Ellos han resistido maldiciones y acoso, afuera de sus casas, de judíos religiosos, durante años.
“Vienen con medias verdades o completas mentiras contra nosotros, seducen a su propia gente y tratan de ponerlos en contra nuestra”.
Los manifestantes a menudo se enfocan en Polly Sigulím, una madre adoptiva viuda. Sus propios hijos, ya adultos, sirven en la élite del ejército israelí.
“La casa de Polly es uno de sus blancos, porque una de las mentiras que han dicho contra nosotros, es que secuestramos inocentes niños judíos y los bautizamos como Cristianos”.
Sigulím una judía mesiánica dice que puede soportar la persecución porque no está sola: “…tenemos una comunidad muy fuerte…Pero, otra cosa por la que no me preocupo es porque tengo un Padre Celestial, tengo a Yeshúa como señor de esta casa y sé que nuestra casa está rodeada de ángeles”.
Destruir a los judíos
La policía dice que están atados de manos y forzados a permitir que se realicen las manifestaciones.
Durante la manifestación, un rabino acusó a los creyentes de tratar de destruir a los judíos. Los carteles comparan a los creyentes con Hamas, diciendo que Hamas quiere nuestra tierra, mientras que los mesiánicos quieren nuestras almas.
Algunos residentes de Arad están hartos de las protestas. Unos 25 residentes seculares se pusieron en evidencia por oponerse. Acusaron a los manifestantes de racismo; preocupados por lo que la protesta puede reflejar de su ciudad y país.
Pero Sigulím y otros creyentes no estaban en casa. Se reunieron para orar durante las protestas por los manifestantes y su comunidad: “Bendícelos Señor Padre, derrama tu Espíritu sobre ellos” .
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