viernes, 3 de julio de 2015

Hogar “social-patriota” Ramiro Ledesma: ¿los españoles primero?

Sacado del blog la batalla de las ideas                               Ramiro Ledesma no era nazi. Ni racista ni xenófobo. Fue uno de los fundadores principales del nacionalsindicalismo, doctrina sindicalista revolucionaria próxima, hasta casi la asimilación doctrinal, con el anarcosindicalismo y, en general, con toda la tradición histórica del sindicalismo revolucionario.

Por ello sus emblemas, sus colores, sus lemas y sus consignas. Autor de las frases “ “A Ramiro Ledesma y a sus camaradas, les viene mejor la camisa roja de Garibaldi, que la negra de Mussolini”. Y aquélla de que “si hay que hacer la Revolución Nacional al grito de ¡Abajo el fascismo! pues a ello”. Pero, desgraciadamente, de un tiempo a esta parte su figura se trata de patrimonializar por sectores neonazis, confundiendo, tergiversando y manipulándola espuriamente.
Quienes hemos viajado por el mundo, viviendo en otros países y teniendo que buscarse la vida (no haciendo turismo) hemos vivido y sufrido la experiencia de sentirte inmigrante, del rechazo de las sociedades nacionalistas (que son muchas) como sinónimo de insolidarias, egocéntricas e indiferentes con el sufrimiento y la necesidad humanas.

El hecho de nacer en un lugar o en otro no es un “mérito” propio ni puede ser un demérito de nadie. Por eso es absurdo el “orgullo” de ser de un país determinado (o de ser blanco, alto o rubio) si ese país no representa un proyecto común enriquecedor e incluyente de todo el que quiera sumarse para la búsqueda del bien común, un proyecto en que cada uno aporte y participe. Ello es lo único que puede dar la medida del orgullo.

En la miseria la única prioridad debe ser la de atender a los necesitados, la de dar de beber al sediento y de comer al hambriento, dar posada al peregrino y vestir al desnudo, proceda de donde proceda. Utilizar la miseria humana para hacer política es mucho más miserable que la propia miseria que, aparentemente, se intenta combatir.


Ahora bien, dicho esto, uno es libre de hacer con su misericordia y caridad, con sus alimentos y donativos lo que le venga en gana. De hecho hay asociaciones contra el Cáncer, y sólo contra el cáncer, “marginando” a los enfermos de, por ejemplo, tuberculosis. Y otras contra la obesidad, que “segregan” a los enfermos de, sin ir más lejos, sida.

Un lugar donde se reparte comida, alimentos, apoyo social, techo y cobertura legal para un sector de las personas que lo necesitan es un lugar digno de protección, respeto, apoyo y mantenimiento. Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. Sin que ello implique dar ningún apoyo a las ocultas razones que motivan a quienes utilizan esa política caritativa para fines abiertamente oportunistas, traficando con la necesidad humana y usando, en su peor sentido, la bandera nacional.

Hoy se ha cometido una injusticia cerrando este Hogar social de Tetuán. Por parte de las autoridades, por parte de los medios de comunicación, por parte de la pseudo izquierda profesionalizada y monopolista de una acción a menudo falsamente social. Malogrando este centro y los 500 kilos de alimentos que han sido emparedado en su interior se ha puesto de manifiesto las verdaderas intenciones ocultas de unos y de otros, de “antisistema” y de “neonazis”, de instituciones y de medios de comunicación: la vida humana es sólo moneda de cambio, herramienta de tráfico para estos mercaderes de la oportunidad política.

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