Texto de: Borja Gómez de Lucas
En este artículo se va a recoger la experiencia y algunas valoraciones sobre el extinto Proyecto Bikecrossing. Primero se hará una explicación de qué era el proyecto y cómo evolucionó, acompañado de una cronología aproximada de la actividad del mismo. La segunda parte del artículo recogerá algunas valoraciones que si bien no han salido a la luz por parte del extinto Colectivo Bikecrossing son compartidas por algunos de sus participantes, entre ellos el autor de este “epílogo”.
El Proyecto Bikecrossing surge como proyecto inserto en la metodología Scout de las últimas etapas. En concreto un“Clan” del Grupo Scout El Pilar, lanzó el proyecto como una actividad propia de la metodología educativa de la etapa en que se encontraban, en la que uno de los posibles campos de actuación es participar en proyecto asociativos o potenciarlos, como en este caso.
El “Clan” estaba compuesto por 4 personas y de entre las posibles temáticas abordables, se apostó por potenciar el uso de la bicicleta. En esos años se acababa de lanzar la red de bicicletas del Ayuntamiento en su primera versión, la de las bicicletas naranjas. Eso motivó una idea inicial que consistía en desplegar una red de bicicletas autónoma de la del Ayuntamiento y que superara la rigidez de la del Ayuntamiento. Desarrollando la idea, la propuesta que luego se llevó a la práctica fue la de que esa red de bicicletas estuviera sostenida de forma cooperativa, de forma que quienes fueran usuarios, fueran a la vez quienes gestionaban y decidían sobre la red.
De esta forma el proyecto empieza a recoger las primeras bicicletas y a planear la fundación del Colectivo Bikecrossing, que sería la plataforma de usuarios-gestores de la red de bicicletas. El Colectivo se funda el 20 de septiembre de 2009 y se declara autónomo respecto de los Scouts y de cualquier otra entidad.
El Colectivo funcionó de manera asamblearia y de forma un tanto errática. La red no acababa de funcionar como estaba diseñada, aunque las bicis aguantaron en la calle más de un año de forma intermitente. A lo largo de este tiempo el colectivo se asentó en uno de los cuartos del sótano de La Casa, donde con la colaboración de quienes entonces vivían en ella se estableció un taller donde guardar las bicicletas y trabajar con ellas.
El otoño de 2010, tras una oleada de robos y la práctica inactividad del Colectivo, se barajan varias posibilidades y en abril de 2011 se decide disolver el Colectivo ante la falta de soluciones viables para estabilizar la red y la falta de implicación.
Resumiendo: el Proyecto Bikecrossing aspiraba a desplegar una red cooperativa de bicicletas por Madrid y tras año y medio acabó disuelto por la precariedad de las bicicletas y por la falta de medios para paliar esa precariedad.
¿Por qué fracasó el Bikecrossing?
Lo único que queda de aquel intento es la experiencia y esa experiencia desde el colectivo no se ha hecho pública. Sirvan estas líneas para señalar algunas de esas valoraciones.
En cuanto a las dificultades que encontró el Colectivo, la mayoría tenían relación con la gestión de la red, por encima de problemas organizativos o de trabajo.
El principal problema de la Red era lo poco que duraban las bicis por la inseguridad de la calle. Al poco aparecían destrozadas o no aparecían jamás.
Otro problema de la Red era el mantenimiento de unas bicis que a veces presentaban problemas más allá de pinchazos y que no se reparaban bien.
El siguiente problema era el uso no ideal del sistema: en teoría cuando se usa la bici de forma puntual esta se debía devolver cuanto antes a alguno de los puntos urbanos para que otros pudieran cogerlas. Esto falló desde el principio por dejadez y falta de control, y más adelante se aceptó por una prudencia cínica, como mal menor frente a que fueran robadas. De esta forma había periodos de tiempo más o menos largos en los que no había bicicletas donde debía porque estaban en casa de alguien del Colectivo o en La Casa.
Estos fueron los principales problemas de la Red. La manera de plantarles cara es lo que empujó al Colectivo a la desaparición tras pasar por una dinámica que fue desintegrándolo. La falta de alternativas provocaba una falta de motivación que a la vez reforzaba el que no se buscaran alternativas.
Contra los robos se consiguieron mejores candados que si bien no eran perfectos sí que hubieran permitido una pervivencia de la red. Se propuso aprovechar las cámaras de videovigilancia que hay por todas partes para dejar allí las bicis, pero resultó no ser práctico ni viable. Se procuraba mover cada poco las bicis para que no parecieran abandonadas. Pero fue inútil. Tampoco se denunciaron bien los robos, aunque se acordó. Para el Colectivo era complejo demostrar la propiedad de esas bicis por el cierto descontrol sobre las bicicletas. Por otro lado, la motivación para denunciar era meramente estadística, para poder señalar públicamente estos robos como el problema del Proyecto, objetivo que tampoco motivó en especial al Colectivo, más volcado en la actividad constructiva.
El colectivo vivió en un balanceo entre sacar bicis con entusiasmo y sentirse derrotadas cada vez que había robos. Pero el balanceo se producía de tal forma que cada miembro se encontraba a un lado de la balanza y se balanceaba de forma paralela y en sentidos contrarios, unos se entusiasmaban mientras a otros les vencía el pesimismo. Con el tiempo esa dispersión en el sentir del colectivo, unas con ganas otros derrotados, se fue acrecentando y para el verano de 2010 era imposible saber cómo andaba el colectivo. Hubo propuestas como usar espacio cerrados colaborando con una red de locales sociales de distintos movimientos de la ciudad que guardaran las bicis, con fórmulas mixtas de uso de la Red. Según esta propuesta los colectivos colaboradores tendrían una bici para sus usos, con la filosofía del Bikecrossing de gestión y uso colectivo, y los miembros del colectivo tendrían acceso a ellas cuando fuera necesario. Pero la complejidad de la propuesta la hizo caer en saco roto.
Al final, aunque los problemas iniciales venían de la gestión física de la red, la disolución del Colectivo y el fin del proyecto vino dado por la desmotivación de quienes participaban de él. Señalar también que toda la vida del Bikecrossing transcurre en los años inmediatamente previos al estallido social de mayo de 2011, en el que la atmosfera de los Movimientos Sociales era marginal, incomprendida y extraña, lo que dificultaba la difusión del proyecto y recabar apoyos. Tampoco era fácil explicar la iniciativa y la necesidad de autogestionar una red de bicicletas en un contexto de desmovilización social.
¿Qué lecciones se pueden sacar del Proyecto?
Lo más relevante de este proyecto es la experiencia colectiva y las ideas en torno al proyecto que fueron surgiendo. La incapacidad para sacar adelante el Proyecto en ese contexto no invalida al propio Proyecto.
Hay un elemento central en el desgaste del Bikecrossing que son los objetivos con los que se lanzaban el proyecto y cómo esos objetivos quedaron superados y ocultos por una práctica mucho más rica. El objetivo con el que el grupo de scouts que empezaron el Proyecto era algo así como promover el uso de la bicicleta, para lo que se entendía que hacía falta una infraestructura que lo facilitara. Este primer objetivo parte de una idea muy extendida entre lo que fue el movimiento antiglobalización de mediados de los 90 en adelante. Es la idea de que la bicicleta es algo así como un medio de transporte “activista”, que usar la bicicleta es una actividad transformadora. Así se ha construido en torno a la bicicleta una identidad, entrelazada con otras, cercana a la izquierda política y a los movimientos alternativos en lo cultural. Esto sumado a la oleada de activismo post-moderno de finales d siglo XX, muy vinculado con las opciones individuales y estéticas, generó la idea de que usar la bicicleta resolvería los problemas de transporte en las ciudades -atascos, contaminación, dependencia del automóvil… Lo cierto es que este fetichismo por una herramienta, como es la bicicleta, ha ocultado la complejidad de los problemas a solucionar. El transporte es una actividad muy amplia para estudiar y con grandes resistencias para influir en ella. Desde luego con posturas activistas las soluciones no pueden trascender más allá del ámbito personal de un puñado de implicados.
Sin embargo, la práctica del Bikecrossing suponía un experimento con la gestión de los servicios, lo que quedaba fuera de los objetivos iniciales del Proyecto y a la vez le daba una entidad mucho más interesante. Frente a un servicio municipal de bicicletas con claras deficiencias la apuesta fue generar de forma autónoma un servicio de esas características y gestionarlo por los propios usuarios. El valor del Bikecrossing está en este punto, como experimento en torno a las formas de gestión comunitaria de los servicios. Obviamente, este experimento estaba condenado a la marginalidad por las características con las que fue puesto en marcha, pero no necesariamente por sus planteamientos.
Cronología del Proyecto
-Otoño de 2008: El Clan Violet Carson(GS elPilar) decide iniciar el Proyecto Bikecrossing. La idea es montar una red de bicicletas reciclando bicis viejas y gestionada por una asamblea donde los miembros del clan participarán independientemente de su actividad scout.
–Diciembre de 2008: Se lanza la campaña de recogida de bicicletas. Se recogen como 20 bicicletas y se llevan a la casa de la familia de uno de los miembros.
-Invierno de 2008: en contadas ocasiones se va a reparar bicicletas. Se clasifican, algunas están bien, otras irreparables.
-26 de marzo de 2009: concierto presentación del proyecto. Se organizó un concierto de Guille Jové, El Vielva y Quique con Q donde se presenta la idea del proyecto. Acuden bastantes scouts y algunas personas interesadas por el proyecto a raíz de la recogida de bicis. Se recaudan unos 100 euros.
-Verano de 2009: se repara un número suficiente de bicis para crear la red y la asamblea en septiembre. Para lo cual se redacta unos “estatutos”.
–Septiembre de 2009: durante fiestas se convoca para el 20 de septiembre la presentación de la asamblea. A la presentación se presenta poca gente, pero la suficiente para dar por fundada la asamblea y considerar que de ahí en adelante el Colectivo Bikecrossing es autónomo del grupo scout. También se ponen 2 bicicletas en circulación y se fijan dos puntos de referencia para candarlas.
-Octubre 2009: durante el tiempo interasambleas el contacto se realiza por correo. Así se convoca la asamblea del 18 de octubre. Acuden 4 personas de las 11 que en principio forman parte del colectivo. Además hay malas noticias, una de las bicis que se sacó a la calle está destrozada.
-Noviembre 2009: se queda un par de días a reparar bicicletas. Se utiliza el local del grupo scout. En la asamblea del 22 de noviembre entra gente nueva y se propone usar un cuarto de La Casa en el que han ido acumulando herramientas y piezas de bicicletas. Se plantea el problema de los robos y se empiezan a esbozar soluciones: aprovechar las cámaras de la calle, reforzar los candados…También se acuerda una nueva campaña de recogida para diciembre-enero.
-Diciembre de 2009: se lanza la campaña de recogida, hay bastantes aportaciones durante las navidades. Por otro lado el sistema se utiliza puntualmente por algún miembro del colectivo.
-Enero 2010: Deja de haber bicis en la calle, unas robadas y otras en casa de los miembros que después de usarlas no las devolvieron a la calle.
-Febrero 2010: se acuerda usar el local de La Casa. El acuerdo se hace efectivo el día 21, de asamblea, en el que se queda allí para que el colectivo conozca el espacio y empiece a colocar el material disponible. A lo largo de este tiempo se ha gastado el dinero del colectivo en candados, cartelería y reparaciones en tienda por lo que se hace necesario autofinanciarse. Se hacen chapas.
-Primavera 2010: no hay bicis en la calle por lo que en la asamblea se fuerza a bajar las que están en mejor estado. Al poco tiempo son robadas o destruidas. Se empiezan a vender las chapas para financiar el colectivo. Se relaja el funcionamiento y en vez de asambleas se producen encuentros informales cuyas conclusiones no se plasman en actas. Se mantiene contacto con gente que sigue donando bicicletas, aunque no siempre se recogen o se contesta a quienes se ofrecen por falta de coordinación. También se adhiere alguna persona nueva y se mantienen entre 1 y 4 bicis en la calle de forma constante.
-Julio 2010: se contacta con gente de la Asamblea Ciclista de Madrid. Se intentó contactar para la presentación del proyecto pero no hubo respuesta, sin embargo ahora con nuestro colectivo asentado hay posibilidad de colaborar en un proyecto común. El proyecto consiste en utilizar el taller para reparar bicicletas a parte de las del colectivo, creando un espacio de aprendizaje colectivo.
-Agosto 2010: se reactiva la actividad tras el verano y se fijan objetivos como dar formación sobre reparación de bicicletas más allá de inflar ruedas y comprar con el dinero del colectivo alguna herramienta. La red está parada desde finales de primavera, por lo que se pone como objetivo sacar nuevas bicis en septiembre.
-Otoño 2010: La actividad es muy limitada y las bicis que se sacaron en septiembre fueron sistemáticamente robadas. Las reuniones entre los miembros del colectivo dan vueltas en torno a cómo acabar con la situación de los robos, pero no se llega a conclusiones. Las asambleas se suspenden hasta que no haya propuesta para debatir cómo afrontar la situación.
-Febrero 2011: Se propone y se acuerda la liquidación del colectivo.
-Abril 2011: ante la falta de respuesta del colectivo sobre sus bicis en La Casa, sus habitantes las toman y gestionan, como era parte del acuerdo. Con ello se liquida la infraestructura del colectivo.
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